L’ Olea europaea L. (1753) es un arbusto o árbol siempreverde de larga duración pudiendo alcanzar los 5 siglos de vida con ejemplares en naturaleza de 2000 años de edad estimada; alto hasta cerca 15 m con tronco nudoso y retorcido con la edad y corteza grisácea, blancuzca en las ramas jóvenes; el aparato radical es extendido y generalmente superficial. El fruto es una drupa ovoide, púrpura negruzca en su madurez, de 1-4 cm de largo y 1-2 cm de diámetro, conteniendo una sola semilla oblonga.
Especie que requiere pleno sol y de la cual es bien conocida la gran adaptabilidad a diversos tipos de suelo, aún muy pobres, calcáreos y moderadamente salinos, siempre muy drenantes, no soportando los anegamientos hídricos, y a situaciones climáticas muy extremas, soportando elevadas temperaturas veraniegas y largos períodos de sequía, los cuales se pueden encontrar en áreas semi áridas.
El clima ideal para una producción óptima, ya sea en términos cuantitativos que cualitativos, es el de tipo mediterráneo, con largos veranos cálidos y secos e inviernos apacibles y moderadamente lluviosos, con un período mas o menos largo de frío para favorecer una más abundante floración y fructificación.