La calamondina o calamansí, también conocida como "planta de naranjo miniatura", es nativa de Filipinas y de China. Se la usa mucho como bonsái. Produce naranjas diminutas comestibles y agrias. Se usan como si fueran limones o limas en muchas recetas.
En climas fríos, es un árbol de interior. Produce flores y fruta al mismo tiempo.
Sus flores blancas, flor de azahar, de aspecto ceroso y forma de estrella, tienen un delicioso y característico aroma. Su fruto, de pequeño tamaño, tiene forma de esfera achatada de color verde que se transforma en naranja cuando está maduro y es comestible, aunque su sabor es algo amargo, parecido al limón.
Para controlar la forma de los arbolitos y dirigir su crecimiento, lo más adecuado es introducir directamente en la tierra y sujetar las ramas con alambre especial, para no dañar los troncos. Para dar bonita forma a su copa, lo mejor es hacer una poda muy cuidada y con una buena técnica. El mejor lugar es cerca de una ventana orientada al sur, ya que así recibirá el máximo de luz natural, pero cuidado con el sol directo a través del cristal que actúa de lupa y quema la planta. Hay que tener mucha precaución con los cambios de lugar ya que le afecta mucho y puede provocar la caída de todas sus hojas. LUZ: Necesita mucha para favorecer su crecimiento. Sitúa la planta en un lugar claro y soleado, ya que la luz del sol indirecta es imprescindible.
TEMPERATURA: Los árboles frutales no resisten las heladas y un ambiente demasiado frío detiene su crecimiento y demasiado seco provoca la caída de los frutos. Por lo que en invierno una temperatura entre 15 y 18º C, será la adecuada, mientras que en verano lo mejor es tenerlo en el exterior evitando el sol directo. El sustrato debe de ser rico en nutrientes y con un pH entre 5 y 6; es muy importante que esté bien drenado.